Durante años me acostumbré a dormir mal, pensando que era normal con el estrés del trabajo. Calm me demostró que se puede volver a dormir bien, incluso en la adultez. Me duermo rápido, mantengo un sueño profundo y lo más importante: me levanto con energía para encarar el día. Lo recomiendo a cualquiera que esté pasando por una situación similar.
Me sorprendió para bien. A los pocos días ya noté que conciliaba el sueño con más facilidad y que no me despertaba tan seguido.
Lo que más valoro es que se siente natural y no deja resaca. Duermo mejor y rindo más durante el día, especialmente en la mañana.
Soy estudiante y las entregas me tenían al palo. Calm me ayuda a descansar bien y ahora estudio con más energía al otro día.
Sufría ansiedad a la noche y me costaba muchísimo dormir. Calm me dio la tranquilidad que necesitaba.